Tan solo pensar en ir al gimnasio suena aterrador para la mayoría, pero se acerca el verano y lo estamos considerando como una opción seria, pero si tan solo se pudiera bajar de peso sin la necesidad de tanto esfuerzo físico...Si se puede! Revisemos estos datos...
1. Baja las luces y escucha música relajante cuando comes
Un estudio realizado por investigadores de Cornell, observó cómo un grupo de personas que comió en un restaurante de comida rápida, donde la iluminación era suave y la música era relajante, comió en promedio 175 calorías menos que quienes cenaron en el mismo lugar, pero con las luces completamente encendidas y la música a todo volumen.
Brain Wansink, científico a cargo del estudio, explica que cuando el ambiente es más relajado se tiende a comer más lento y la comida se enfría, por lo que deja de ser agradable para los comensales.
2. Reduce el tamaño de su plato
La mayoría de las platos actuales son de 28 o 30 centímetros de diámetro. Si elegimos uno de 23 o 25 centímetros podemos comer un 23% menos, según Wansink. “Es una manera fácil de reducir (la ingesta de comida) sin pensar (que lo estás haciendo)”, expresa. Del mismo modo, si usas una cuchara más pequeña, puede comer un 14% menos en cada comida.
“Durante varios meses, se suman muchos menos alimentos y pierdes peso”, explica.
3. Pésate
Muchas personas niegan su sobrepeso según la nutricionista registrada Irene Rubaum Keller, quien afirma que esto no ayuda a perder peso.
Aunque pesarte regularmente puede no ayudarte a bajar en sí, puede contribuir a que mantengas tu peso. Ella sugiere pesarse en la mañana, antes de comer y después de ir al baño, por 7 días seguidos. Ese será tu peso promedio real y en base a él, puedes comenzar un plan de pérdida de peso o decidir que estás conforme con cómo te encuentras actualmente.
4. Registra lo que comes
Escribir lo que comes cada día te permite estar consciente de lo mucho que estás comiendo. Keller dice que algunos se resisten a esta idea porque piensan que es difícil, pero en realidad toma sólo unos minutos.
5. Duerme lo suficiente
Cuando dormimos poco tendemos a comer más. Marie Pierre St. Onge, médico y profesora de la Universidad de Columbia e investigadora del Centro de Investigación de la Obesidad de Nueva York, dice que algunos estudios han demostrado que las personas privadas de sueño producen más grelina, una hormona que estimula el apetito. A esto se añade que un cerebro cansado es menos capaz de controlar sus impulsos.
6. Toma un buen desayuno
Esto no significa darte un banquete en la mañana, sino que comer un desayuno abundante, pero saludable que incluya proteínas. Esto ayuda a mantener el hambre controlado durante el resto del día. Alimentos como huevos o yogurt son ideales para el desayuno, además, se recomienda comer cada 3 horas.
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Fuente: Biobiochile
sábado, 10 de agosto de 2013
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